Portal del Cementerio de la loma
Este portal fue construido por Amábile Levis y presenta una escultura en la parte superior realizada por Rafael Radogna. Su nombre es Memento Mei (acuérdate de mí) y es de gran valor simbólico, se compone de tres partes: el frente, el espacio intermedio y la parte posterior. El frente tiene dos columnas principales de estilo corintio que indican la armonía y la belleza, enmarcando un arco de entrada principal que por encima tiene la inscripción Requiescant in pace (descansa en paz). Lateralmente hay dos puertas secundarias con columnas corintias de menor envergadura. La ornamentación de coronas circulares representando el infinito compuestas de laureles como símbolo de la gloria, representa la vida eterna. Las ramas de laureles con paño que caen, muestran la finitud y el duelo. En la parte superior, a los lados de la escultura, se disponen urnas cubiertas con paños, lo cual expresa el luto y la muerte. Esta dicotomía vida/muerte también se manifiesta en las esculturas a través de un niño (el inicio de la vida) con una rama de laurel gesticulando hacia arriba, y una mujer adulta sentada y mirando apesadumbrada hacia abajo (el fin de la vida). La mujer apoya un codo sobre un libro con la inscripción “historia”, la memoria de la comunidad. Esta parte de la obra se completa en la parte más alta con una columna truncada significando la vida segada.
El espacio interior también representa la dualidad vida/muerte a través del piso en damero (terrenalidad e intersección) y el techo simbolizando la vida eterna a través de relieves de antorchas encendidas. Desde este espacio se accede al área administrativa.
La parte posterior es más austera que la interior, con seis columnas dóricas manifestando estabilidad y fuerza, y tiene urnas sin cubrir y con llamas encendidas (la vida).
La obra en conjunto dialoga con los visitantes al entrar advirtiendo que se trata de un lugar donde convive la muerte y la vida, el pasaje a modo de una transición y al salir la decoración recuerda al público que vuelve al lugar de los vivos. El estilo neoclásico italiano de toda la estructura es acorde a los gustos de la década de 1920.
El espacio interior también representa la dualidad vida/muerte a través del piso en damero (terrenalidad e intersección) y el techo simbolizando la vida eterna a través de relieves de antorchas encendidas. Desde este espacio se accede al área administrativa.
La parte posterior es más austera que la interior, con seis columnas dóricas manifestando estabilidad y fuerza, y tiene urnas sin cubrir y con llamas encendidas (la vida).
La obra en conjunto dialoga con los visitantes al entrar advirtiendo que se trata de un lugar donde convive la muerte y la vida, el pasaje a modo de una transición y al salir la decoración recuerda al público que vuelve al lugar de los vivos. El estilo neoclásico italiano de toda la estructura es acorde a los gustos de la década de 1920.